Blowout...

Cuando la tinta va más allá del tatuaje.

El tatuaje es una forma de arte viva, íntima y profunda… literal. Pero ¿qué pasa cuando esa profundidad se vuelve un problema?

En esta imagen vemos un caso típico de lo que en el tatuaje se conoce como blowout o cuando se "explota" o "revienta" la línea. Es decir, cuando la tinta se dispersa debajo de la línea original del tatuaje, generando una sombra azulosa o manchada que no debería estar ahí. Y no, no es una mala cicatrización ni una alergia... Es un error en la técnica.

¿Por qué ocurre?

Cuando se tatúa, la tinta debe colocarse en la dermis, una capa intermedia de la piel donde el pigmento se fija de manera estable. Si la aguja atraviesa esa capa y llega al tejido subcutáneo (hipodermis), la tinta pierde definición y se esparce como una acuarela en papel húmedo.

Este tipo de error puede ocurrir por varias razones, se aplicó demasiada presión con la máquina, la aguja estaba muy salida o mal calibrada, el tatuador no ajustó su técnica a la zona del cuerpo, especialmente si es una piel delgada o muy curva, la piel ya estaba muy trabajada, y al insistir en una línea, se generó un trauma mayor.

¿Cómo se ve?

Visualmente, parece como si la tinta “sangrara” hacia los lados del trazo, perdiendo nitidez. Se nota especialmente en líneas negras que, en lugar de ser nítidas y precisas, están rodeadas por una neblina grisácea o azul.

¿Se puede corregir?

Depende del caso. Algunas soluciones posibles son un cover-up con una pieza más grande y con sombras que disimulen la mancha. Tratamiento láser, si se quiere remover ese segmento de tinta o simplemente aceptar la imperfección como parte del camino, si el error no es grave y no afecta la estética general del tatuaje.

En el tatuaje lo importante es saber reconocer cuándo fue la piel… y cuándo fue la técnica.