Una de las zonas más complicadas de tatuar, además de ser una piel más rugosa y dura, el movimiento hace que el diseño, y sobre todo la cicatrización, necesiten una atención especial.

Con el movimiento, el diseño debe ser adaptado para verse bien doblado o estirado, aunque esto depende del gusto de cada quien, pongamos atención especial en el proceso de cicatrización.

Al ser distinta la piel, puede generar algunas costras extra, hacer que sea muy fácil que se bote la tinta, pues además, el movimiento del brazo hace que la herida tarde más en sanar y con esto, ser más incómodo. Pero calma, todo puede lograrse.

Además de cuidar la herida, al principio puede presentarse una considerable hinchazón y con esto inconscientemente dejamos de mover el brazo, esto, con los días puede generarnos dolor muscular, así que es importante no quedarnos quietos.

Como en todo tatuaje, hay que evitar arrancarse las costras, rascar la zona y mantenerla siempre limpia. Un gran resultado depende del trabajo del tatuador, pero también que tus cuidados sean los correctos.
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