No es exclusivo de nadie, quizá es un medio en el que cualquiera podría entrar, a los ojos de mucha gente será un escape un “ya no me quedó de otra” o de plano para otros será un deslumbramiento donde creen que encontrarán fama y fortuna. Y sí, en cierta forma todo puede ofrecer el tatuaje, pero, ¿tú crees poder darle lo necesario para lograrlo?
Esto no se trata de tachar ni criticar a nadie, simplemente es ver esto con realidad. Aprender a tatuar es un oficio que no se puede aprender de la noche a la mañana, no es sólo aprender una técnica, sin pensar en todas las cualidades tanto de habilidad, talento y conocimiento que debes desarrollar. Entender que tatuar a una persona es una enorme responsabilidad, es el poner en tus manos no sólo la piel de alguien ajeno, es darte cuenta que lo que vas a hacer puede cambiar la vida, para bien muchas veces, pero también para mal, podrías afectar la seguridad mental y física de una persona, eso, ya hace que el tatuaje sea algo aparte.
El tatuaje en general, no será algo que te remunere de inmediato, no vas a ver frutos económicos tan rápido como quizá crees, tienes que invertir; tiempo, esfuerzo, dinero, aprender a lidiar con la frustración, las críticas, el entorno y salir adelante de todo esto, para cuando lo entiendes y digieres, quizá ahí puedas empezar a decir que eres tatuador.
Hay de todo, “tatuadores” que están de paso, algunos que no pudieron desarrollar su carrera y por tener alguna habilidad para dibujar y usar la máquina encontraron un espacio, aquellos que se deslumbran por el ambiente o por querer pertenecer a algo y muchos otros que de verdad encuentran una forma de desarrollar sus habilidades, crecer intelectualmente, enriquecer su entorno y claro, explotar ese sentido que en algún momento los convierta en artistas.
Hay un hecho latente, el tatuaje te va a dar hasta donde tú estés dispuesto a ofrecer, si quieres llegar a más, pues tendrás que trabajar más, esforzarte, quizá sacrificar muchas cosas, es aquí donde la mayoría avientan la toalla, pues esperan todo por casi nada. Viendo las cosas reales, el tatuaje no necesita de falsa humildad (concepto por demás utilizado erróneamente), no necesita grupos ni opiniones, el tatuaje ya lo tiene todo y si tú pretendes ser parte de él, el tatuaje te va a comer, va a extraer de ti hasta la última gota de esfuerzo, el tatuaje te va a mostrar miles de panoramas para que huyas, para que lo dejes, es como parte de su esencia… El tatuaje necesita tatuadores dispuestos a todo, a rifarse por él y que de menos intenten aportarle algo, si no pasa, te irás, acabarás minimizando su fuerza y nunca podrás decir que formaste parte de este mundo.
El tatuaje quiere a los que lo quieren, sin más…
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