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Tatuaje, acto de confianza y respeto...

Un tatuador es esa persona en la que pones en sus manos la decisión de cambiar una parte de tu vida para siempre, que hará que a partir del momento en que su trabajo quede en tu piel nadie volverá a verte igual, ni siquiera tú.

Es por eso que decidir quién lo hace debería implicar, más a allá de cerciorarte que sea profesional, un entendimiento mutuo que implica confianza y un convencimiento pleno del papel que jugará cada uno en la escena.

Pregunta todo lo que quieras, el tatuador debe atenderte, con gusto, hasta podría platicarte cosas que no sabes y que harán que tu confianza en él crezca, debe convencerte, no para que te tatúes, sino para que confíes en él, pero ésa es su parte, también tú eres protagonista, así que piensa cómo quieres que te trate y cumple la tuya. Si en algún momento dudas, no lo hagas, no te arriesgues a un mal resultado, muchas veces no es que sea malo el trabajo, simplemente no hay una conexión entre ambos, sé consciente, si el tatuador no siente lo mismo de tu parte, también puede negar trabajar contigo, no porque pagues tienes derecho a mandar, cada tatuador tiene sus formas, así que respétalas.


El que lo hace sólo por dinero no te dejará su pasión, el que se tatúa sin pensar en el quién no se sentirá orgulloso de lo que porta...

 
 
 

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2025, Editor responsable y Director Editorial, Javier Anuar Ávila A.

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