Las máquinas sonarán diferente.
Ante una crisis tan fuerte, jamás vivida por la mayoría de nosotros, es imposible no estar con ansiedad, con dudas sobre lo que va a pasar y cómo nos enfrentaremos al futuro.

Foto: Micky Sharpz France
El tatuador sufre con esto un golpe bastante fuerte (como todos, pero aquí hablamos de tatuaje), menos clientes, temor; el encarecimiento de los materiales, deudas y pagos que siguen corriendo y nos llegan al cuello. No hay seguros, casi no se puede ahorrar, y la gran mayoría no están en la posibilidad de aguantar por mucho tiempo. Pero sabremos sobreponernos, el tatuaje saldrá adelante.
Y aunque este medio, no es quizá algo fundamental, sí forma parte de la vida de quien lo ha aprendido con la pasión de la que tanto hablamos, con sacrificios y frustraciones, aciertos y una infinidad de errores que carga de experiencia a cada persona de manera fundamental. La gente buscará tatuarse nuevamente, habrá esa necesidad y hay que estar ahí con lo mejor.
Habrá una limpia, una fuerte, muchos quizá se darán cuenta que el tatuaje no era lo que creían y terminarán haciendo otra cosa, sobre todo aquellos que pensaban que esto es sólo "un buen negocio", porque así es de duro aprender en la vida, a base de golpes, sacudidas que te da para que voltees y reacciones hacia lo que debe ser mejor.
Espero pronto lo contemos como algo que nos hizo más fuertes, que nos cargó de inspiración y nos dio tiempo para pensar y crear, el planeta necesita este respiro, de introspección y sabiduría, sobre todo para reverdecer.
Estoy seguro que nos toparemos pronto y nos veremos las caras con aquellos que saben y a la vez aprenden, que si estás en el tatuaje, es porque estás acostumbrado a los buenos chingazos...
Kommentare